A veces no es fácil decir adiós a un caballo. Vencejo ha sido mi amigo y compañero de doma durante los últimos años pero el trabajo y la familia no me dejaban tiempo para darle el amor, cariño y atención que se merece. Entonces llegó Ingunn y todo fue perfecto, ella es la persona perfecta para Vencejo y la química fue inmejorable.
Ahora mi príncipe blanco Vencejo está disfrutando mucho de su nueva vida en Noruega.¡Gracias Ingunn por cuidar tan bien de él!
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